River Campus de la Universidad Rockefeller

Los nuevos laboratorios, las instalaciones educativas y servicios del campus se disponen en un edificio horizontal que se extiende a modo de puente sobre la autovía FDR adyacente y amplía generosamente los emblemáticos jardines de la Universidad hasta la orilla del East River.

La Universidad Rockefeller necesitaba actualizar significativamente sus laboratorios y encargó a Viñoly el desarrollo de la planificación espacial y el plan director para proyectar la ampliación del campus. El proceso determinó los principios generales de planificación que guiaron las estrategias de diseño y desarrollo: la Universidad debía conservar el jardín diseñado por el destacado arquitecto paisajista Dan Kiley y promover el carácter histórico de los edificios que lo rodean; además, debía proporcionar plantas amplias y abiertas para la investigación científica que maximizaran la flexibilidad para modificar cada laboratorio con el tiempo, facilitando la ampliación o reducción de los equipos de investigación.

Tras evaluar varios emplazamientos, Viñoly desarrolló una solución que aprovecha los derechos que la Universidad posee sobre el espacio aéreo de la autovía Franklin Delano Roosevelt Drive (FDR drive), que bordea el East River de la ciudad de Nueva York. El resultado es un edificio de cinco pisos con los laboratorios concentrados en dos pisos. La decisión de mantener un perfil bajo para el edificio realza y conserva la integridad del paisaje original, ampliándolo sobre la azotea del nuevo edificio de laboratorios. Este espacio adicional se suma a los paseos flaqueados por árboles y las “habitaciones” al aire libre definidas por la vegetación del diseño de Kiley, incorporando zonas verdes públicas e interactivas con distintos grados de privacidad y acceso. La solución de Viñoly proporciona una extensa ampliación que aporta espacio al tiempo que mantiene las preciadas características del emplazamiento: su plano, arquitectura y paisaje históricos.

El diseño de Viñoly para el laboratorio refleja la necesidad de la Universidad de contar con un espacio flexible que facilite la ampliación y reducción de los equipos de investigación, permita futuras modificaciones de las prácticas científicas y la evolución de programas de investigación individuales, así como la provisión de componentes estandarizados de equipamiento de laboratorio costo eficientes que cada usuario pueda personalizar razonablemente. El núcleo y la envoltura del edificio se diseñaron para que los laboratorios abarcaran la máxima superficie posible dentro del área construida en el limitado campus urbano y así satisfacer la necesidad de más espacios auxiliares para los laboratorios. Para el equipamiento de los laboratorios, Viñoly elaboró un sistema de puntos de acceso a suministros y redes que ofrece a la Universidad la mayor flexibilidad posible para reconfigurar las mesas del laboratorio y espacios de redacción, oficina y apoyo.

El “River Building” (Edificio Río) se diseñó también teniendo en cuenta la importancia de los espacios “blandos” —zonas de estar y de encuentro informales, salas para seminarios y servicios de restauración— concebidas también como partes integrantes del área de investigación del edificio y no como instalaciones adicionales del programa.