Puente de la laguna Garzón
La inusual carretera circular del puente reduce la velocidad del tráfico y permite a los conductores, peatones y ciclistas apreciar las vistas panorámicas de unos de los paisajes costeros más bellos y prístinos de Uruguay.
La laguna Garzón forma parte de un conjunto de masas de agua ecológicamente vulnerables dispersas a lo largo de la costa uruguaya. El Ministerio de Transporte había mostrado interés hacía tiempo en construir un puente sobre la laguna de 4.448 acres, en el punto en el que se une con la costa e interrumpe la Ruta Nacional 10. Antes, la laguna solo se podía cruzar en balsa motorizada. El diseño de Viñoly fue elegido por su solución alternativa a la típica estructura de un puente: una carretera circular de 202 metros (663 pies) se sitúa sobre el frágil ecosistema, aunque sin perturbarlo, reduce la velocidad del tráfico por su forma y crea un punto de interés apto para los peatones. Inaugurado en diciembre de 2015, el puente posee 16 pilares de hormigón redondos, colocados cada 20 metros (65 pies), que soportan dos rampas y una rotonda central que cruza la laguna. Las pasarelas peatonales, que quedan a cada lado de los carriles divididos, permiten acceder al espacio central del puente y a su perímetro, donde los visitantes pueden sentarse, pescar y apreciar el panorama.
El puente fue cuidadosamente diseñado para proteger el ecosistema existente, con una altura que permite la libre circulación de barcos y con el menor número de pilares posible. Diseñada como una “laguna dentro de la laguna”, la forma circular reduce la cantidad de sombra sobre el agua. Además, la estructura obliga a los vehículos motorizados a reducir la velocidad al cruzar el puente y anima a los conductores a apreciar la belleza natural de la zona.
El emplazamiento del puente de la laguna Garzón, documentado como Área de Importancia para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad, un ecosistema natural que protege a las aves de la región y su hábitat, es un punto muy frecuentado para la observación de aves y la recolección de almejas, y se encuentra rodeado de vistas panorámicas del paisaje. El diseño del puente minimiza su impacto ecológico y crea un espacio público sobre el agua.
Viñoly aceptó la comisión para el puente de la laguna Garzón con la condición de que marcara el fin de la Ruta Nacional 10, vía de acceso principal a varios centros turísticos costeros de la región. Rafael Viñoly, presidente del estudio, ejerció presión sobre los organismos del gobierno uruguayo para que se transfirieran los derechos sobre el desarrollo de la carretera a las jurisdicciones locales, que se interesan más por el medioambiente.