Universidad de Princeton, Laboratorio Carl Icahn, Instituto Lewis-Sigler de Genómica Integrada

El edificio, que se cuenta entre los primeros laboratorios completamente integrados de los Estados Unidos, fue diseñado alrededor de un gran atrio central que reúne a investigadores de distintas disciplinas y fomenta el libre intercambio de ideas.

La misión del Instituto Lewis-Sigler de Genómica Integrada es realizar una labor de investigación pionera sobre cuestiones fundamentales de la biología, aunando perspectivas y herramientas analíticas de la biología molecular, la química, la física y el análisis informático. Con ese objetivo en mente, el Laboratorio Carl Icahn, uno de los primeros laboratorios completamente integrados de los Estados Unidos, fue diseñado para reunir a investigadores de distintas disciplinas y fomentar un libre intercambio de ideas y hallazgos.

Las instalaciones alcanzan este objetivo con un gran atrio central en el corazón del edificio, un lugar de encuentro donde los investigadores y estudiantes pueden reunirse en áreas de conferencia formales e informales, lo que fomenta intercambios espontáneos que llevan a relaciones de colaboración y nuevas vías de investigación. El atrio ofrece vistas a una gran zona verde del campus en forma elíptica a través de un muro cortina acristalado de dos pisos de altura, que permite el paso de la luz natural hasta el centro del edificio. Para minimizar la carga térmica de los sistemas mecánicos, el edificio cuenta con una serie de 31 parasoles de aluminio de 12 metros de altura controlados por ordenador, que rastrean el movimiento del sol para proporcionar en todo momento un óptimo nivel de sombra al muro cortina orientado al sur, lo que genera un juego dinámico de luz y sombra en el atrio durante todo el día.

Los laboratorios “tipo loft” se disponen a lo largo de los lados norte y este del edificio. Estos laboratorios, que cuentan con plantas abiertas, particiones modulares, techos de 3,7 metros de altura, pisos mecánicos intersticiales y módulos de trabajo y mesas de laboratorio desmontables, están diseñados para maximizar la flexibilidad a lo largo del tiempo y así adaptarse a las necesidades de investigación, que cambian con el avance de la ciencia genómica. Sobre las superficies de trabajo, claraboyas complementan las ventanas laterales y dirigen la luz hacia el espacio interior.

Con una importante vía peatonal al aire libre, que discurre entre los parasoles y el muro cortina, y un sistema de cerramiento premoldeado, diseñado para complementar (o reflejar) el revestimiento de ladrillo de las instalaciones científicas de la universidad y sus estructuras más tradicionales de piedra, el edificio nuevo se integra elegantemente en el campus y crea un espacio destacado para promover el instituto e inspirar la investigación científica.